Cristina Morales firma un contrato con One Championship
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Cuatro meses tardó Cristina Morales desde que comenzó a practicar kickboxing hasta que se subió al ring por primera vez. “Me daba un poco de vergüenza pelear ante el público. No tenía esa intención. Llevaba tiempo esperando a practicar este deporte, pero hasta que no se empezó a impartir en mi pueblo (Encinarejo, Córdoba) no pude empezar. Tenía 17 años y con los estudios no me era posible coger un autobús todos los días para ir a entrenar a Córdoba. Una vez que competí supe que este era mi camino“, reconoce la andaluza a AS. Desde ese momento han pasado mas de diez años, tres campeonatos mundiales ISKA… y un contrato con One Championship. Histórica.
Morales, de 28 años, es la primera española que logra firmar por la principal empresa de su disciplina en este momento (la compañía asiática tiene una clara apuesta por las MMA, pero también está potenciando el Kickboxing y el muay thai, logrando ser referente en esos dos deportes en la actualidad). Quieren a las mejores y en su categoría (peso átomo), la española lo es. Los tres cinturones ISKA, el título de ENFUSION y su última pelea en Marbella (disputó un cinturón intermedio de otro organismo) han sido clave para que una puerta tan importante se le abra. Su vida va a cambiar y ella lo sabe.
“One Championship es la oportunidad para dedicarme solo a la competición. Nos asegura unos combates al año y con un cierto nivel económico. Junto con mi pareja y entrenador, Jesús Cabello, tenemos nuestro propio gimnasio y siempre estaremos atentos, pero podemos delegar más. Es una clara mejora, ya que me enfrentaba a otras mujeres que estaban dedicadas en exclusiva a la competición y ahora yo lo podré hacer“, admite la española, quien tiene previsto su estreno en la promoción asiática en el 3 de septiembre frente a la francesa Anissa Meksen..
Esta oportunidad también es un reconocimiento al trabajo que lleva haciendo en los últimos años, en especial en 2019. “Peleé 15 veces. Más de una al mes de media. El camino no tiene más secreto que el trabajo diario. La constancia. Mi primer Mundial ISKA fue un gran subidón. Acepté la pelea con 15 días de antelación. Lo pude hacer porque estaba entrenando. Llegué al combate y logré noquear a mi oponente en el tercer asalto. Fue emocionante, aunque mi mejor momento fue en mi primera defensa. Fue en mi pueblo, en el mismo pabellón que había debutado diez años antes. Si me lo hubiesen contado en ese momento no me lo hubiese creído”, admite.
Su tercer cinturón ISKA lo consiguió el pasado agosto en Ponferrada. También fue especial, ya que era su primera vez tras la pandemia. “La situación fue complicada. Estábamos entrenando para pelear en ENFUSION. Montamos el gimnasio en el salón de casa y seguimos preparando la pelea. Cuando vimos que la situación era grave y que todo se paraba, bajamos el ritmo. Ese tiempo me vino bien para perfeccionar mi técnica y curar lesiones que venía arrastrando. Cuando volví al ring noté el parón, pero conforme pasaron los asaltos me fue encontrando mejor”, revela. Morales aprovechó el tiempo y ahora comienza una nueva vida deportiva. One Championship es el inicio.