El impactante rescate de 640 afganos en un avión militar de EEUU
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La tripulación del C-17 descartó expulsar a los pasajeros que lograron colarse y decidió despegar con todos a bordo
La toma de Afganistán por los talibanes y la caótica evacuación de Kabul están dejando imágenes para la historia. Si este lunes, el mundo seguía con consternación las escenas de cientos de afganos invadiendo las pistas del aeropuerto para intentar colarse en alguno de los aviones en los que huir del país, en las últimas horas nos llega otra imagen de impacto: la de 640 afganos hacinados en un avión militar de EEUU que despegó el lunes de Kabul.
La imagen, además, tiene su historia. Según explica el digital Defense One, que cita fuentes del Departamento de Defensa de EEUU, el avión C-17 Globemaster de las Fuerzas Aéreas estadounidenses no tenía previsto de ningún modo despegar con tal número de personas a bordo, cifra por encima de su capacidad oficial. Sin embargo, decenas de afganos –entre ellos mujeres y niños– que estaban en la pista junto al avión lograron entrar en la nave a través de la rampa, que estaba medio abierta. La tripulación descartó expulsar del avión a estos refugiados y “tomó la decisión de despegar”, han explicado fuentes oficiales a Defense One.
Este modelo de avión de carga ha sido utilizado en otras ocasiones en evacuaciones de urgencia. De hecho, su récord de ocupación, en otra situación extrema que obligó a superar su capacidad teórica, se alcanzó en 2013, cuando un C-17 cargó en su bodega a 670 evacuados de la ciudad de Tacloban (Filipinas), golpeada por el tifón ‘Haiyan’. En los últimos días, algunas fotografías de esa operación de emergencia han sido atribuidas a la evacuación de Kabul.
En estos casos de emergencia, la operativa prevé tender correas de extremo a extremo de la bodega para que los ocupantes se sienten por filas y se agarren a ellas a falta de cinturones de seguridad, algo que según las imágenes parece que en la precipitada evacuación de Kabul no fue posible.
Este vuelo fue uno de los varios que pudo despegar el lunes de Kabul con cientos de personas a bordo. Como en el caso del C-17, cientos de afganos rodearon los aviones e intentaron subirse incluso cuando ya estaban en marcha. De hecho, algunas personas se colgaron en las alas y fallecieron pocos minutos después al caer al vacío.