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Miguel Ríos: “Llegó un momento que el neumólogo me dijo: ‘si sigues así, no durarás nada’. Me había intoxicado el cuerpo”

MUSICA

Miguel Ríos: “Llegó un momento que el neumólogo me dijo: ‘si sigues así, no durarás nada’. Me había intoxicado el cuerpo”

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Miguel Ríos: “Llegó un momento que el neumólogo me dijo: ‘si sigues así, no durarás nada’. Me había intoxicado el cuerpo”

Miguel Ríos vuelve a la carretera. Después de amagar varias veces con retirarse, más de seis décadas de carrera a sus espaldas y, lógicamente, algún que otro achaque propio de la edad, no puede dejar pasar la oportunidad de llevar por toda el país su Rock & Ríos, considerado el mejor disco de rock español grabado en directo.

Media vida entre una y otra gira. ¿Qué busca y qué ha cambiado?Quiero recrear el espíritu del Rock & Ríos, aunque es difícil, porque el original sale en la búsqueda de la utopía y, este, en el intento de huir de la distopía. En estos cuarenta años ha habido un arco perfecto y hemos pasado de una sociedad, y hablo de España, que buscaba salir de una dictadura esperanzados de que todo iba a ser mejor y ahora estamos intentando salir de una situación de desigualdad brutal y de pérdida de poder de decisión que nos pintan el futuro un poco chungo. Así que hay que luchar contra eso con optimismo.

Es el mismo repertorio, pero ¿cantará las canciones de la misma forma?La verdad es que esta gira la haremos con una banda de gente muy joven. Quedarán algunos de los originales, pero todos los demás son gente nueva, porque quiero probar cómo suena todo este montaje con un motor nuevo. Es muy importante que, toda esa energía que yo no tengo, que la aporten los músicos (ríe). Creo que, en ese sentido, haremos algo muy bonito. Hay unos componentes que queremos seguir cultivando, como la comunicación emocional.

“Quiero recrear el espíritu del Rock & Ríos, aunque es difícil, porque el original sale en la búsqueda de la utopía y, este, en el intento de huir de la distopía”

¿Los viejos rockeros son inmortales?Sí, ahora soy ya un viejo rockero, pero palmar voy a palmar. ¡Seguro! Al final, lo que más me gusta de eso es que se haya convertido es una expresión coloquial. Eso de: ‘¡los viejos rockeros nunca mueren!’.

¿Cómo ha conseguido no pasar de moda como artista?En los años de aprendizaje, en los sesenta, tuve que hacer un ejercicio de reciclaje de todo lo que nos venía de fuera, debido a la situación de autarquía que vivía el país. Ya queda poca gente de aquella época. Pero entonces llegó El Himno a la alegría, que fue fundamental para mí como impulso para conseguir pasta para aprender el oficio y establecer el rock. ¿Cómo se consigue eso? Con el boca a boca. Antes se escuchaba mucha música en familia, no como ahora, que es todo más individual. Además, tuve la suerte de pillar los años de vino y rosas de la música, y eso se ha transmitido entre generaciones. Estoy muy agradecido, porque yo no tengo fans, tengo mecenas.

Tuve la suerte de pillar los años de vino y rosas de la música, y eso se ha transmitido entre generaciones. Estoy muy agradecido, porque yo no tengo fans, tengo mecenas”

Buenos, no todos los artistas pueden presumir de tener un himno, en todos los sentidos.Y eso no es mérito de la artista, sino del público que los convierte en eso. Es algo curioso. Yo pensaba de algunas canciones que iban  ser las que me representarían durante muchos años y, al final, pasaban desapercibidas. Por ejemplo, para que veas hasta qué punto estaba equivocado, yo quería quitar Santa Lucía del disco original, menos mal que dos compañeros lo evitaron. Muchas veces los artistas tenemos unos prejuicios que no los tienen la gente que está fuera. Yo, en aquella época, los ochenta, no quería que me encasillaran como baladista, porque yo quería que el rock fuera el que me representara, y pensaba que con esta canción pasaría eso. ¡Baladista era un insulto para mí (ríe)! Es una canción que me produce un placer acojonante cantarla, me entra una especie de euforia en el cuerpo…

fotografo: Jorge Paris Hernandez [[[PREVISIONES 20M]]] tema: Entevista a Miguel Ríos
Miguel Ríos, durante la entrevista con ’20minutos’.
JORGE PARÍS

Hablando de fans, ¿qué fue de los hijos del rock and roll?¡Pues que ya tienen hijos y nietos! Hay tres generaciones que me siguen a mí. Los hijos del rock and roll fue una frase muy afortunada que tuve, porque, cuando yo escribí esta canción, lo que quería era saludar a la gente que entraba al concierto. Era muy importante que hubiese una canción que dijera: ‘buenas noches, bienvenidos, gracias por estar aquí’. Y es que los que estaban delante de mí, en el 82, ya eran hijos del rock and roll. Tuvo todo mucho sentido y todo pasó muy armónicamente, en el país y en el tiempo que tenía que pasar.

“En los ochenta no quería que me encasillaran como baladista, porque yo quería que el rock fuera el que me representara. ¡Baladista era un insulto para mí!”

¿Qué le da y le quita la edad?¡La edad me ha dado una cantidad de dolores artrósicos! (ríe). me duele el cuello, la rodilla… Afortunadamente, uno cada vez, no a la vez. Hablando de música, la edad me ha dado, por ejemplo, una conservación de la potencia vocal bastante estimable. Estoy contento porque no es solo con lo que nací, el don ese que decía mi madre, sino que he mejorado. Lo he hecho con técnica. El grupo de músculos donde sucede la fonación es lo que más tarde que envejece en el cuerpo humano. ¿Por qué todos los tenores son tarras? Porque tienen la técnico para proyectar la voz. Ahora hay tenores jóvenes buenísmos porque esa técnica se ha desarrollado tanto que ya la pueden aprender. La voz resiste, mucho más que mis rodillas (ríe).

Entonces, de la jubilación ni hablamos.Yo ya no puedo retirarse otra vez, tío, ya he dado mucho el cante. ¿Sabes qué pasa? Que, cuando lo dejé, me puse a escribir el libro de memorias, que me tuvo tres años ocupado. Creí que eso podía ser un oficio. Un oficio, además, cojonudo, porque no me tenía que cuidar tanto y me puedo dar otra vez al alcohol y las drogas (ríe). Pero resulta que en ese mismo tiempo yo ya estaba cantando, que si una canción en un sitio, otra en otro, una gala benéfica… Y luego vino El gusto es nuestro, que yo pensaba que, cuando se terminara el proyecto, se acababa todo. Pero de pronto me invitaron a cantar en el Festival de Música y Danza de Granada, que es reverencial, porque por ahí ha pasado lo más grande y nunca había estado el rock como género. Claro, eso era un lujo que me quería pegar a toda costa, pero pensando que era un solo bolo. Y, de ahí, rodando y rodando salió toda una gira de conciertos con mi banda. El disco, Un largo tiempo, que sí que es de motu propio, ya que nunca había hecho uno acústico y me parecía también otro renglón maravilloso para cerrar. Y, de pronto, sale el cuarenta aniversario del Rock and Ríos, y dije: ‘si lo hemos hecho en Madrid, ¿por qué no en toda España’. Es mi sino.

“Tenía que dejar de fumar. ¡Y me quité como un jabato! Ya había dejado los canutos, porque me daban unas pálidas absolutamente dramáticas: vomitaba, perdía el conocimiento… Por eso, en cuanto recibía un poquito de hachís se ponía a gritar. Así que eso lo fui dejando”

“Sexo, drogas y rock&roll”. ¿Cuánto queda de eso en el Miguel Ríos de ahora?Ahora mismo, nada. ¡Habrá gente que diga que ni rock and roll, que ya no soy ni rocanrolero! (ríe). Yo me estoy oxidando, como todo tío que llega a mi edad, y eso se paga en muchos ámbitos. Por ejemplo, sin hablar de sexo, porque los caballeros no hablamos de eso, las drogas, en las que no incluyo el tabaco, el alcohol y todo eso que nos hemos metido por el cuerpo, ha sido por prescripción médica. Llegó un momento que el neumólogo me dijo: ‘tío, si sigues así, no durarás nada’. Yo había padecido un enfisema pulmonar, así que tenía que dejar de fumar. ¡Y me quité como un jabato! Ya había dejado los canutos, porque me daban unas pálidas absolutamente dramáticas: vomitaba, perdía el conocimiento… Me había intoxicado en cierta forma el cuerpo. Por eso, en cuanto recibía un poquito de hachís, que me encantaba, se ponía a gritar. Así que eso lo fui dejando. Y, como yo, toda la gente de mi generación. Solo algunos privilegiados que viven en islas paradisiacas se fuman un porrito de vez en cuando. Otra cosa que me salvó de eso fue la garganta, que es el termómetro antidrogas. Si un tío canta bien, no se está metiendo nada.

“Hay que denunciar a los que son los culpables de que la desigualdad sea tan obscena como lo es actualmente en la sociedad. Es que, incluso, hay algunos ricos muy ricos que ya sienten hasta vergüenza de no pagar los impuestos que les corresponden”

Lo que sí queda es mucha conciencia social.Sí, porque yo creo que eso viene con la conciencia de clase, con el orgullo de pertenecer a una clase que, a pesar de todo lo que ha pasado y soportado, sigue peleando. Que la gente a la que le dicen que no tienen futuro y no van a llegar a nada siga empecinada diga: ‘¿Cómo que no?’, me parece cojonudo. Y hay que denunciar a los que, de alguna forma, son los culpables de que la desigualdad sea tan obscena como lo es actualmente en la sociedad. Aparte de todo, es que incluso hay algunos ricos muy ricos que ya sienten hasta vergüenza de no pagar los impuestos que les corresponden. Yo creo que, como se está llegando a un lugar tan insoportable en la vida de la sociedad, eso va a ser el punto de emerger a una nueva conciencia. Que incluso los muy poderosos, estos que publican sus grandes beneficios, no que sientan vergüenza, porque, si no la han sentido hasta ahora, no la van a sentir nunca, pero sí la necesidad, porque la gente a la que están sacando esos rendimientos tan grandes está ahogada. O sea, si tú me pides una hipoteca y no puedes pagarla, me quedo con otra casa más de las miles que tengo cerradas mientras la gente duerme en la calle. Es terrible si eso no conmueve a nadie. Y se soluciona pagando impuesto. Pagándolos en proporción real a lo que cobres tú. Yo pago más que mis músicos porque gano más que ellos. Hay gente que amenaza con irse y tributar fuera del país. Pues que se vayan.

fotografo: Jorge Paris Hernandez [[[PREVISIONES 20M]]] tema: Entevista a Miguel Ríos

Miguel Ríos

  • Cantautor de rock. Granada. 7 de junio de 1944 (78 años).

Es el menor de los nueve hijos de una familia de clase baja. Alcanzó su primer gran éxito cuando era conocido como ‘Mike Ríos, el Rey del Twist’, con el Himno a la alegría (1969). Después llegaron otros como ‘Bienvenidos’, ‘El blues del autobús’ o ‘Santa Lucía’.

¿Cuánto le debe usted a Elvis?A Elvis le hago la reverencia, le admiro. Le debo que me haya hecho comprobar que, a pesar de ser republicano y gordo, podía cantar como Dios, porque lo hizo hasta el último suspiro y, encima, como un auténtico crack. Con él nació todo. Ya sé que robándole el género a los negros, pero es que le pilló allí al pobre y tampoco pudo hacer otra cosa. Él siempre tuvo mucho respeto por el origen de todo, que son Chuck Berry y Little Richard, los pioneros negros e inventores del rock.

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